Belleza, ingenio y sabiduría. Todo eso es La música del silencio. El placer de deleitarse con el lenguaje, de saborear las palabras escogidas cuidadosamente para que encajen en frases perfectas como si de un puzzle imposible se tratase. El gozo de leer por leer.
Patrick Rothfuss nos tiene acostumbrados a un estilo impecable, como ya demostró con El nombre del viento y El temor de un hombre sabio, pertenecientes a la trilogía Crónica del Asesino de Reyes, pero en estos libros además de una prosa exquisita nos encontramos con una trama compleja y bien construida llena de personajes fascinantes repletos de matices.
A través de estas obras, precisamente, conocimos a Auri, protagonista de La música del silencio. Pero este libro poco tiene que ver con los mencionados porque no hay personajes perfectos ni una trama que atrape, no. La música del silencio son palabras. Palabras ordenadas de un modo irrepetible que dotan de sentido a la subrealidad en la que viven. Reflexiones sobre la naturaleza de las cosas, de cómo debería ser el mundo y cómo deberíamos percibirlo si tuviésemos la capacidad de entendimiento y la sensibilidad de Auri.
Un libro atípico y sorprendente dedicado a todos aquellos devoradores de historias que disfrutan de lo bien contado; una joya que, sin duda alguna, volveré a leer.
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